23 agosto 2018
El amplio set del cantante jamaicano Tarrus Riley fue uno de los aspectos más destacados de la memorable clausura de la actividad en el Main Stage del Rototom Sunsplash de este año. Él y su banda BLAKSOIL, dirigida por el saxofonista Dean Fraser, hicieron que un imparable y cuidadosamente ensayado show pareciera sencillo de ejecutar, durante la histórica última noche del 25º festival.
Tarrus siguió a la tradición del reggae rasta dictada por músicos del legendario grupo, Mighty Diamonds. Tristemente, uno de sus componentes, Bunny, no pudo viajar a España, pero el adusto Judge y las dulces melodías del vocalista Tabby Shaw nos llevaron a todos en un viaje vintage por el carril de la memoria. Canciones como Right time, I need a roof y Pass the kutchie fueron presentadas junto a la habilidosa banda Redemption, ante un público totalmente entregado.
Tras ello, el Main Stage pasó rápidamente de la década de los 70 al dancehall jamaicano más moderno. El DJ con voz ronca Konshens elevó el ritmo y nos puso a sudar. Tras la animación a cargo de un selector, Konshens hizo su entrada acompañado por la banda francesa Dub Akom, todo ello adornado con los movimientos de un talentoso bailarín. Además de sus propios éxitos, nos recordó al artista que actuaría después, Tarrus, al cantar su tema en colaboración Good Girl Gone Bad.
Fusionando los dos extremos de una cultura tan creativa, el set de Tarrus Riley tuvo algo para todos. Con un chorro de voz que suena como en sus discos, el hijo del difunto Jimmy Riley apenas hizo una pausa entre canciones como Beware, Superman y She’s royal, entregando a sus admiradores tanto cantidad como calidad. Además, compartió una nueva canción grabada sobre el riddim Guess who’s coming to dinner de Black Uhuru, y trajo de vuelta al escenario a Konshens para otro combo, Simple blessings, y una segunda entrega del Good girl gone bad.
Después de la diversidad jamaicana, llegó el turno de la música igualmente importante procedente de la vecina isla de Cuba, con la actuación de Orishas. En ese preciso momento se sintió una sensación de simetría: así como el artista no reggae Ben Harper dió el concierto de clausura en la primera noche del festival, los fusistas hip hop/son afrolatinos, finalizaron el último. El reformado grupo de gira de nuevo tras una pausa sedujo a la multitud con sus animados tempos, ritmos sincopados y letras en español. Hasta incluso tuvieron tiempo para rasgar las guitarras y obtener un riff de Deep Purple y Lenny Kravitz, así como hacer estallar una ráfaga de dubstep del Seven Nation Army, con la sección de metales. Una semana de música constante pasó a la historia dejando innumerables recuerdos
Texto de Angus Taylor traducido por Maria Paz Marcos Silvestre