21 agosto 2015
Mohamed es un niño. Probablemente se habrá beneficiado de las entradas gratuitas para menores de 12 años que tiene el Rototom Sunsplash, pero, aún así, no es niño cualquiera. Mohamed es un refugiado saharaui que, durante sus vacaciones con una familia española de acogida este verano, se encuentra el viernes 21 en el Foro Social. Pero esto tampoco es una casualidad. Mohamed coge el micrófono justo antes de que empiece “El Sáhara: 40 años de espera”, con el joven activista Hassana Aalia y la defensora de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, Aminatou Haidar. Mohamed da las gracias al festival por dejarle estar ahí y a Aminatou por su lucha. Llora mientras la abraza, y el público no puede evitar sentir empatía.
Aminatou Haidar y Hassana Aalia son dos ejemplos de las persecuciones, la violencia y las torturas atroces a las que son sometidos los saharauis. Ellos intentan luchar por la liberación y autodeterminación del Sáhara tras cuarenta años de ocupación por parte de Marruecos. Una violación de los derechos humanos que es silenciada y perseguida si te muestras contrario a ese control. Historias como la de Mohamed, que nadie llega a conocer. Más de tres décadas de una lucha pacífica, la del pueblo saharaui, contra una lucha civil que es silenciada por otros países y medios de comunicación. Mohamed aún se pregunta por qué hay un muro que divide su tierra, por qué tiene que vivir en un campo de refugiados. Y, es que, Mohamed es un niño.
Asun Pérez
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