14 agosto 2016
Sin ser muy pródigo en movimientos en sus apariciones en directo, Rose se paseó de un lado a otro del escenario como un león enjaulado, llevándose la mano a la oreja mientras mezclaba sus ya típicos scats al estilo singjay con gritos como de águila.
A diferencia de Marcia Griffiths, que versionó varias canciones famosas, Rose se centró casi exclusivamente en las composiciones de Black Uhuru producidas por Sly & Robbie. Solidaridad quebrantada con síndrome visceral. «Shine Eye Gal» permitió al bajista de Akom, Faby, recrear la manera de tocar de Robbie Shakespeare. Seguidamente y tras hacer un llamamiento a la liberación de Buju Banton, introdujo «General Penitenciary», haciendo referencia a la brutalidad policial con «Hands up don’t shoot». Al final de este set, «Guess who’s coming to dinner» consiguió que el público encendiera sus mecheros en el aire.
Sólo justo al final, Michael se centró en su carrera en solitario tras Uhuru con «Feeling so lonely» y su hit dancehall «Shoot out», producido por el hijo de King Jammy, John John. Sentado en los monitores y de manera freestyle habló sobre el problemático estado actual del mundo, preguntándose «¿Quién inicia estas guerras?», tras lo cual nombró a una serie posibles sospechosos, entre los cuales se encontraban los rusos, los americanos, el Ku Klux Klan y los Illuminati, como si su voz alienígena pero a la vez humana volara directa a la luna.
Esta vez no hubo apariciones especiales (en 2012 trajo a su antiguo mentor Niney), aunque utilizó su última canción, «Sensimillia», para invocar al cabeza de cartel del lunes, Alborosie, mezclándola con su colaboración «Waan the herb».