20 agosto 2016
Tras el memorable baño de multitudes de Manu Chao, iniciamos el fin de semana de pasión que cerrará el festival con la sensación de que todo ha pasado casi demasiado rápido.
La apertura de esta penúltima noche vio el retorno de los salentinos Sud Sound System, una banda que, además de haber escrito la historia del reggae en Italia, también ha contribuido a escribir la historia del Rototom Sunsplash a través de una larga serie de fantásticos conciertos. Recientemente han celebrado sus veinticinco años de carrera con un viaje a Jamaica y dando algunos conciertos en las pistas de baile más calurosas de Kingston, y anoche demostraron su buena forma frente al contingente italiano del festival y frente a seguidores de otros países. Espoleados por la banda Bag-a-riddim, Don Rico, Terron Fabio y Nandu Popu hicieron todo lo que estuvo en sus manos para divertir al público y dieron en el blanco con temas como Terra mia y Bisogno d’amore, así como clásicos de su repertorio como Erba libera o Le radici ca tieni. El final con Orizzonti hizo saltar a todo el público y seguramente fue un buen calentamiento para el concierto siguiente.
Esta primavera, la gira Rototom & Friends trasladó el ambiente del festival a otros países europeos, y la sección central de los conciertos de anoche querían recrear la sensación de unidad entre los músicos de este especial evento itinerante organizado por el Rototom. En el escenario había una sola banda europea, la austríaca Fireman Band, para acompañar a una serie de interesantes artistas europeos y jamaicanos: las primeras apariciones se dedicaron al reggae de países de habla alemana con los austríacos Iriepathie y el alemán Jahcoustix, seguidos por el italiano Raphael y el inglés de origen jamaicano Randy Valentine. Todos estos artistas se presentan en la gira de primavera en diferentes fechas: es imposible hablar específicamente de todos ellos en este espacio limitado; lo más importante es trasladar que estos “reggae soldiers”, junto con otros tantos, son los que impulsan el reggae en nuestro continente, cada uno con su estilo personal, y los que enriquecen y vuelven más interesante la escena europea actual.
Después de la sección de Rototom & Friends llegaron los legendarios Wailing Souls, que con sus bellas voces interpretaron temas indispensables de una larga carrera llena de éxitos que en cuarenta años ha atravesado diferentes épocas de la música jamaicana, y a continuación tuvo lugar el enérgico espectáculo de Junior Kelly, el sing-jay de Love so nice, que combinó los temas que lo hicieron famoso, como Boom draw, con las nuevas canciones de su último disco apropiadamente titulado Urban poet.
Para cerrar la noche vivimos un momento especial de este festival: el retorno del alma de soul transfundida en reggae del gran Beres Hammond. Tras una breve demostración de las habilidades instrumentales de su Harmony House Band, el veterano Beres entró en escena haciendo patente de inmediato su clase y pasando de un éxito a otro sin interrupciones. Es imposible enumerar todos los temas: en la parte inicial nos emocionaron Kids play, Come back home, con una referencia a Mama Africa de Garnett Silk incluida, What one dance can do y Full attention, entre otras. Beres disfrutó ampliamente del calor del público, entró con una gran acogida en su papel de intérprete del alma humana y dirigió a su banda como un verdadero director de orquesta hasta el final de un espectáculo totalmente memorable, con melodías inmortales como I feel good, They gonna talk y el agradecimiento al público antes de una inmensa Rock away, la canción que evoca la época dorada de la música negra y que a la vez constituye un himno a la esperanza de que nuevas generaciones de artistas nos devuelvan a un nivel de intensidad comparable a aquellos tiempos. A juzgar por los nuevos talentos vistos en este festival, a día de hoy esta esperanza nos parece totalmente fundada.