21 agosto 2018
La mayoría de los amantes del reggae tienen una opinión personal sobre el estado de la industria del reggae, aunque la sesión final de la 12ª Reggae University del Rototom brindó a los asistentes la oportunidad de aprender más sobre el tema por parte de los expertos.
Regresando por segunda vez como invitado estuvo el súper productor Augustus «Gussie» Clarke, cuyo éxito en el mundo del reggae y el dancehall le otorga un punto de vista único. También como invitados estuvieron otros expertos dentro de la industria jamaicana: el editor y publicista Jerome Hamilton de Headline Entertainment, la catedrática de la UWI Sonja Stanley Niaah y la periodista de Billboard Patricia Meschino. El debate fue moderado por Ellen Koehlings y Pete Lilly, editores de la revista alemana Riddim, y el autor David Katz.
Mr. Clarke aseguró que su alcance internacional como productor independiente se debe a su intención de «hacer un tipo de música diferente y más vanguardista que la norma». Esto significa contactar con los mejores compositores, arreglistas, entrenadores vocales e ingenieros.
El modesto y agradable Hamilton, un licenciado que aprendió su oficio en el Reggae Sunsplash jamaicano original, comentó que ultimamente la marca jamaicana no está creciendo mucho. También nos habló del éxito de Sean Paul, el cual creía estar basado en el equipo de especialistas que lo rodean. Por el contrario, la mayoría de los artistas de origen humilde creen no necesitar un manager. «El talento está ahí, pero las personas detrás de él no están».
Meschino recordó como cuando ella comenzaba a escribir en la década de los 90 había un gran interés sin precedentes por parte de los sellos discográficos por encontrar talentos jamaicanos. Sin embargo, esto produjo poca recompensa financiera y expuso la cultura jamaicana a artistas extranjeros más expertos, que la utilizaron en su propio beneficio.
Stanley Niaah sintió que Jamaica debería celebrar sus éxitos, citando a artistas del reggae que han ido superando los prejuicios de la sociedad de la isla a lo largo de décadas. Añadió que Jamaica es uno de los tres principales exportadores de música junto con los Estados Unidos y el Reino Unido, con una población de 3 millones de personas.
Hamilton dijo que a pesar de que los mercados africanos, europeos y americanos están abiertos y receptivos, el producto jamaicano no es tan bueno como debería ser. Y culpó a «una falta de apreciación del valor de la repetición». Los artistas obtienen más trabajo en el futuro en función de su presentación dentro y fuera del escenario. Gussie estuvo de acuerdo y dijo que los artistas están grabando álbumes antes de lanzar un single. «El hecho de que Bob Marley vendiera más que el resto juntos, nos indica que por aquellos entonces algo funcionaba y ahora algo anda mal».
Meschino respondió que «el mundo alrededor de Marley tiene un equipo trabajando a jornada completa para venderte la figura de Bob. El artista promedio no tiene ese tipo de recurso». Y añadió que cuando las discográficas o las compañías de relaciones públicas con poco personal firman con tantos artistas, los grandes discos se quedan atrás.
El tema dió un giro para centrarse en los ejemplos positivos de artistas como Protoje y Chronixx. Hamilton enfatizó la clara visión y disposición de Chronnix para crear colaboraciones. Gussie agregó que se trataba de «primero la carrera y no el dinero. A día de hoy, Chronixx invierte en sí mismo para asegurar el mañana». Y añadió que muchos artistas hoy en día antes piden dinero rápido por adelantado.
Un miembro del público hizo una pregunta para reactivar el tema tocado por Meschino, como es la falta de representación femenina en el reggae. Gussie opina que se debe a la falta de artistas jamaicanas en lugar de a la falta de oportunidades. Hamilton dijo que siempre busca una proporción más equilibrada al contratar hombres y mujeres, y que esperaba que la situación mejorara en el futuro.
Antes de la charla, la University proyectó el muy concurrido documental «I & I» de Julie Hamiti, donde se presenta una mirada holística de Rastafari en torno a la diáspora de habla francesa e inglesa, el cual recibió un entusiasta aplauso.
Texto de Angus Taylor traducido por María Paz Marcos