19 août 2015
Cerramos los ojos y las palabras del lama nos transportan al Himalaya, al techo del mundo. En pleno corazón del Rototom Sunsplash y sentado sobre una lona en el suelo, el público escucha con atención bajo la sombra de los árboles los cuentos del lama tibetano Thubten Wanchen. Niños de diferentes países, culturas y razas aprenden en este momento los mismos valores. Con la cara pintada y el pelo revuelto, tomando un descanso entre juego y juego, los más pequeños del Rototom no se pierden ni una palabra del lama. Entre muchas risas y algún espontáneo que se acerca a abrazarle, el lama comparte su sabiduría y experiencia con historias para todas las edades. El lama comienza con la historia de un niño feo nacido en el Tíbet que, por circunstancias de la vida, se convierte en un monje budista. Por supuesto, se refiere a él mismo. A través del cuento de El conejo y la tortuga y, más tarde, con el de La abuela y la gallina, nos transmite valiosas enseñanzas de la vida: la perseverancia, el esfuerzo y la felicidad con uno mismo. Pero si algo ha dejado claro el lama es que nunca debemos quitarnos la sonrisa de la cara.
Divina Carbonell / Sara Martí