14 April 2015
La reivindicación universal de Dignidad y Derechos ha logrado reunir del 24 al 28 de marzo en Túnez a más de 60.000 personas de 120 países para participar en una nueva edición del Foro Social Mundial, cita que ha estado especialmente marcada por la respuesta masiva y unánime de condena contra la violencia tras el atentado del pasado 18 de marzo en el Museo del Bardo, apenas cinco días antes del inicio del evento.
Junto a representantes de más de 3.000 organizaciones, el 24 de marzo participamos en la marcha inaugural del Foro que culminó en las inmediaciones del museo para lanzar un mensaje conjunto de solidaridad y repulsa frente a cualquier tipo de terrorismo.
El hecho de que este año nuestro festival esté especialmente dedicado a la paz, en el sentido de la necesidad de promover un cambio global en la manera de pensar y actuar frente a los diferentes conflictos, nos ha llevado hasta Túnez para asistir a algunas de las más de mil conferencias, talleres, actividades y debates que estos días han acogido las instalaciones del Campus Farhat Haached El Manar.
Se trata de valores que comparte plenamente nuestro Foro Social, que se ha consolidado como un espacio internacional de intercambio de ideas con el objetivo de hacer de nuestro planeta un lugar mejor, más justo, sostenible y habitable.
En las conferencias se han abordado todo tipo de materias para denunciar las diferentes injusticias y desigualdades que se repiten en diferentes puntos del planeta y plantear soluciones globales que permitan construir un mundo más justo e igualitario.
La distribución de riquezas y la explotación de recursos naturales, el Sáhara, la causa palestina, Gaza, las violaciones de derechos humanos, los procesos de transición democrática, el poder de las multinacionales, las problemáticas asociadas a los nuevos tratados y regulaciones comerciales internacionales, el cambio climático, los transgénicos, la igualdad, el surgimiento de nuevos procesos de transición democrática, la eclosión nuevos medios de comunicación, las libertades sociales o el futuro de internet son solo algunas de las temáticas que se han abordado estos días durante las sesiones.
Durante la celebración de Foro Social Mundial también hemos tenido la oportunidad de asistir a tres mesas especiales de debate en las que expertos en diferentes ámbitos, desde la cultura a la política o la economía, han planteado diversas cuestiones relacionadas con los retos que presenta el mundo en que vivimos y, sobre todo, las incertidumbres que presenta el devenir futuro de la humanidad. “Mundialización, capitalismo: ¿qué rostros tendrán mañana y qué respuestas”; “Nuevas guerras, nuevas violaciones, nuevos derechos” y “Antiguos y nuevos movimientos: qué alternativas podemos construir juntos” son los títulos de los debates que nos han permitido conocer de cerca las opiniones de los principales expertos mundiales en estas materias.
Así, en el caso del primer debate tuvimos la oportunidad de saludar a personalidades de la talla de Samir Amin, economista egipcio y director del Foro del Tercer Mundo, que se celebra en Dakar y está considerado, precisamente, como precursor del Foro Social Mundial.
En relación a la temática vinculada a las nuevas guerras, violaciones y derechos, pudimos departir con Aminata Traoré, escritora y exministra de Cultura de Mali. Militante altermundista, es una de las voces más respetadas en las comunidades africanas a la hora de abordar la búsqueda de alternativas a la mundialización liberal.Traoré es también coordinadora del Foro por Otro Mali (FORAM) y directora del Centro de estudios africanos Amadou Hampaté Bâ (CAHBA).
La difícil situación política por la que aún hoy atraviesa Túnez, que en 2014 culminó con la aprobación de su Constitución -la primera de los países árabes- un duro proceso de transición democrática que comenzó en 2011 con la caída del dictador Zine el Abidine Ben Alí, ha dificultado el desarrollo de algunas de las actividades programadas. Sin embargo, ello no ha impedido que, pese a la precariedad de medios en algunos casos, el foro haya podido servir como plataforma para que organizaciones de todo el planeta hayan podido dialogar para conseguir un cambio social mundial.