17 agosto 2016
“Esa gente está buscando vivir. Vivir mañana”, denunciaba Xavi Casero (Médicos Sin Fronteras) ante un Foro Social que escuchaba con atención los testimonios de cada uno de los ponentes del encuentro Refugiados sin refugio el miércoles 17.
Durante su intervención, Xavi Casero, quien también ha estado en el barco Dignity, ha realizado un análisis del torbellino de sensaciones por las que se pasa dentro del barco. Cuando eres capaz de ver con tus propios ojos de qué manera esa gente ha dejado de ser alguien en su propio país, ahora son los nadie, aquellos a los que no se les deja ser personas. Porque no se les quiere en ningún sitio. “La salud que más me preocupa es la de los que no llegan…”, explicaba Xavi Casero haciendo referencia al estado tanto físico como psicológico con los que se los encuentran.
La dura imagen de Aylan Kurdi fue determinante para Marcos Chércoles (Proactiva Open Arms). Durante su intervención se ha tratado la presión que ejercen las mafias. En cada una de esas embarcaciones hay de 150 a 300 personas que pagan una gran cantidad de dinero (aproximadamente 1500€) por viajar a lo que acaba siendo su fin: “Estamos obligando a que las personas caigan en las mafias y peligre su vida, cuando únicamente quieren defender sus derechos”. Tanto Marcos como Xavi llaman a la colaboración, a la solidaridad y a la conciencia: “Vamos a llorar bien alto para que nos escuchen”.
El Foro Social también ha contado con el testimonio de Yonous Muhammadi, obligado a salir de Afganistán en 1977 y actual miembro del Consejo Nacional contra el Racismo del Ministerios de Justicia. Un testimonio crucial para entender un poco mejor la situación de los refugiados, cómo son esos viajes y de qué manera se ha desarrollado la situación: “Lo que vemos en Europa no es una crisis política, es una crisis de solidaridad”, sentenciaba Yonous mientras apuntaba directamente a esas políticas que cierran fronteras, que dejan morir a la gente: “Europa va a ser un cementerio”.
La jornada del miércoles 17 en el Foro Social la ha completado el ensayista, pensador y activista italiano Franco Beradi quien ha ahondado en la cuestión: ¿Tiene el humanismo un futuro en el siglo XXI? De qué manera poder afrontar el humanismo frente al discurso dominante “de la negación de la vida”, qué puede devenir. Desde una perspectiva antigua del humanismo como “libertad ontológica” y dominación, hasta la importancia de aplicar el hoy al humanismo: “Capacidad de inventar una libertad más concreta, más existencial y cotidiana”.